miércoles, 29 de septiembre de 2010

Why’d you have to wait?


La pregunta más importante era: ¿Qué significabas tú para mí? Para ser sincera era algo difícil de contestar, era como tratar de decirte lo que causabas cuando me susurrabas un te quiero o me regalabas la primera sonrisa del día, de nuevo ese enigma ¿Qué significabas tú para mí? Se reducía a una palabra que podría explicarlo fácilmente; tú eras y serás todo.

“-¿Estas seguro que eso es lo que quieres?- una mirada llena de emociones de parte mía se poso sobre el suelo, tratando de procesar los dos diferentes destinos que estaban sobre un par de palabras de él.

-No se si es lo que quiero pero lo único que sé-sus labios se sellaron formando una línea- es que es la mejor decisión.

-¿Cómo sabes que así será?- contemple tu rostro mientras mis ojos estaban deseosos de dejar brotar lo que menos quería.

-Porque es la única opción que nos queda.

El silencio reino en todo nuestro alrededor por varios minutos, y al final lo que menos deseaba sucedió, me rendí ante la batalla con la que lidiaba últimamente dando como consecuencia a que un par de lágrimas burlonas se deslizaran compitiendo por quien era la que mejor podría mostrar como me sentía en mi interior.

-Sólo el tiempo nos dirá si existe un ‘juntos para siempre’- susurró lentamente mientras sus pulgares se dedicaban a limpiarme un par de esas muestras de derrota.

Y sin saber como y cuando el se separo de mí para comenzar a caminar y alejarse poco a poco; mientras daba cada paso todos los recuerdos pasaron rápidamente, queriéndome decir que sin él la vida sería…nada.”

(…)


Los días seguían pasando sin querer detenerse; sin importarles que cada segundo que pasaba esa opresión en el pecho seguía creciendo. Derrumbada en este mundo de tristeza y miseria me encontraba; traté de continuar, eso nadie puede decir que es mentira, pero sólo me estaba engañando a mí misma, las cosas no son tan fácil como parecen; yo no le podía pedir a mi corazón que olvidará a esa persona tan especial para mí, no lo haría por el simple hecho de que no quería y no esta lista para hacerlo.

La vida lentamente se fue complicando para mí; la esperanza caía descarada, restregándome que la llamada que yo esperaba que hicieras nunca llegaría; esa llamada era lo único que necesitaba pero se quedaría como un deseo solamente.

(…)


Deambulaba por las calles sin saber a donde ir, desolada sin rumbo fijo; podría haber millones de personas en la tierra con todas esas emociones aglomeradas en cambio yo no podía sentir la presencia de ninguna de ellas, tan sólo me sentía vacía por dentro; intente continuar con mi vida, eso nadie lo puede negar, pero comprendí con el pasar del tiempo que a veces las cosas no son tan fáciles como parecen.

Un viento invernal provoco que la espalda se me arqueara y por consecuencia que mis manos se escondieran entre las mangas den sweater, al hacer aquello note un pequeño botecito el cual casi había olvidado, aún no tenía la suficiente franqueza para poder decir que esa era una buena idea, pero al menos algunos decían que eso sería capaz de solucionar un problema.

Llegue a un callejón sin salida, con temor aprisioné el bote entre los dedos, respire profundamente mientras desenroscaba la tapa y sin querer pensarlo mucho con rapidez introduje el contenido de aquel objeto.

La oscuridad residía en aquel extraño territorio donde me encontraba; un montón de sentimientos volaban alrededor pero era una clase de sentimientos que a nadie le gustaría sentir. Con cada segundo que pasaba cada vez tenía más seguridad de que me quedaría ahí, hasta que de pronto una luz se abrió camino en el horizonte, gracias a un reflejo mis piernas se movieron, por alguna razón comencé a escuchar una melodiosamente singular voz, los pasos se volvieron más rápidos hasta que por fin pude llegar a donde tanto quería y pude sentir como si hubiera nacido de nuevo.

(…)


Un dolor punzante se apoderó de mi cabeza al momento que abría los ojos y la luz de donde estaba me cegaba; ya acostumbrada mi vista decidí analizar alrededor pero algo me impidió que lo hiciera. Él se encontraba a un lado mío apretando ligeramente mi mano con la suya y poniendo sobre estas su cabeza, podía notar como estaba durmiendo, tranquilo y sin dejar ese toque graciosamente encantador que tenía y que al parecer no había perdido; negarlo sería en vano, aún sentía un gran amor hacia él inclusive el tiempo hizo que este aumentará.


-¿Qué haces aquí?- pronuncié de una manera fría e indiferente, me dolía hacerlo pero mi orgullo haría lo que fuera por evitar que él viera alguien débil en mí.

-¡Despertaste!- exclamó emocionado, se acerco hacia donde estaba para abrazarme y regalarme pequeños besos pero mi actitud no cambio dando como consecuencia que él se alegará.

-Te hice una pregunta-.

-Yo…sólo vine a cuidarte y a no volver a separarme nunca más de tu lado-.

-No estoy segura si en verdad quiero que te quedes- aunque sabía que era una mentira seguía pensando lo mismo que antes.

-Perdona por molestarte- de un brinco se paró velozmente. Sus ojos se comprimieron un poco y sin decir nada más inició su viaje hasta la puerta; la fuerza que tenía se esfumo.

-Dime ¿Por qué tuviste que esperar para volver a encontrarme?- susurré cuando las lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas.

Elimino el espacio que había entre nosotros y sostuvo mi rostro entre sus manos; me miraba fijamente tratándome de decir un millón de explicaciones y así nos quedamos por un par de momentos envueltos en nuestro mundo perfecto.

-No sé que pasaba en mi cabeza en ese momento, se que no merezco una nueva oportunidad y se que no hay excusas para lo que hice.- hizo una pausa para besarme tiernamente la frente- Lo siento, no tengo palabras para disculparme; pero te quiero decir una cosa, me importa un bledo el tiempo, se que existe un “juntos por siempre” entre los dos.

Se acerco con cautela hacia mi boca, la aprisiono de una manera tan hermosa que mi corazón quería salirse de su lugar por los latidos fuertes que daba, de nuevo pudo lograr llevarme a ese mundo que amaba.

Y me quede segura entre sus brazos mientras me arrullaba, volviendo a sonreír por todo el amor que me dabas.

0 comentarios:

Publicar un comentario